

Doble suicidio en Sonezaki – Sonezaki shinju
Apr. 29, 1978 Japon112 Min.
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Sinopsis
Tokubei es un joven comerciante locamente enamorado de una prostituta llamada Ohatsu. Las circunstancias están en contra de la pareja de enamorados, mientras que Ohatsu tiene que terminar de pagar su deuda ejerciendo la prostitución, a Tokubei le quieren concertar un matrimonio de conveniencia.
Version original con subtitulos en español:
Título original曽根崎心中
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La inspiración viene de una figura de proyección que sirve de presagio: dos jóvenes, ella prostituta, él sirviente, se suicidan. Este romance de final amargo se refleja en Tokubei y Ohatsu, de similares identidades; el «tiempo de la felicidad» que se supone es la era Genroku encuentra su reverso más negro, corrupto, salvaje y descorazonador. Los jóvenes se aman, pero la sociedad se opone por diferentes vías; Tokubei, huérfano criado por su tío Kyuemon, un importante mercante, se niega a casarse con Oharu, sobrina de éste, lo que le lleva a ser despedido del negocio y a recuperar además la plata (kamme) ofrecida como dote a su pobre madrastra, responsable del acuerdo matrimonial secreto.
La secuencia de la anciana declarando que la riqueza es más importante que la felicidad de su hijastro es la prueba más cruda y directa del ataque a la codicia humana que presenta el director. Por otra parte Ohatsu también es obligada a casarse por los dueños del lupanar donde trabaja con un rico cliente, pero ella es incapaz de verse convertida en la concubina de un anciano; se nos presenta entonces a los amantes oprimidos por una sociedad donde el oportunismo y el interés priman sobre los verdaderos sentimientos, pues ambos, aun dedicándose a trabajos muy distintos, son esclavos del dinero y la avaricia de otros.
Esta atmósfera impregnada de un calor agobiante, tanto más cuanto que ninguno de los protagonistas se revela contra las acciones de sus opresores, se recrudece con la aparición y las posteriores artimañas de un repelente y escurridizo comerciante llamado Kuheiji, que pide prestada a Tokubei la plata que ha de llevar a su tío, y la cual nunca será devuelta. La calumnia, la acusación y la humillación se abalanzan conta el inocente joven mientras Ohatsu observa impotente, por lo que la única manera de que ambos puedan conocer la felicidad auténtica es abandonar la tan sucio y peligrosa sociedad en la que moran.
Masumura regresa de esta forma a sus tristes relatos ocupados por una pareja contra el mundo que les rodea, dos amantes cuyos actos se guían por el más noble amor e incomprendidos por todos los demás, como pudimos ver en «La Mujer de Seisaku», que de algún modo presagiaba la que nos ocupa; sin embargo en esta ocasión, y siguiendo de cerca la visión dura y trágica de Chikamatsu, no se concederá piedad alguna a los jóvenes ni el escenario terrenal será donde finalmente expresen su amor, al contrario que en el drama de Seisaku y Okane (o que en la temprana «Besos», por ejemplo).
El clímax, abrasivo y sangriento, no disimula su presencia en la historia (pues desde el inicio el presente y el pasado convergen gracias a los «flashbacks»), y el director se esfuerza en capturar la esencia de la obra de manera directa y áspera, sin concesiones poéticas como pudo hacer Mizoguchi en «Chikamatsu Monogatari», mientras decide dotar a los diálogos de un extraño ritmo y musicalidad deliberadamente teatrales, interpretados casi como líneas de una obra kabuki por sus actores, donde sobre todo destacan esa hermosísima Meiko Kaji (ya muy popular debido a «Lady Snowblood») y el artista Ryudo Uzaki. Memorable también la dura actuación de Hisashi Igawa.
Esta obra, arropada por una singular y anacrónica banda sonora de arreglos «rockeros» y «jazzísticos» de la que se encargó el propio Uzaki, y con la que Kaji ganó bastantes premios por su actuación, significó un cierre muy digno para la algo irregular década de los ’70 por la que pasó el cineasta, a cuya carrera poco le faltaba ya para acabarse.