Cuatro personas coinciden en un tren camino a Dublín con algo en común: todos sufren la pérdida de un ser querido pero no todos lo expresan de la misma forma.
Gerry Boyle es un excéntrico, grosero y subversivo policía irlandés que debe colaborar con un más que aburrido agente del FBI para detener a un grupo de traficantes de drogas que están amenazando la tranquilidad del condado de Galway.